Aunque el tiempo pase, las
mareas se agiten y tu mente se borre, no me olvides, no lo hagas chico,
no lo hagas…
Me estoy portando mal, golpéame
fuerte la nalga izquierda, porque ésta siempre me trajo buenos recuerdos; rutas
diferentes, miradas ardientes, bocas que se muerden, piezas de puzle bien
encajadas. Recuérdame. Todas las palabras hermosas que nos hemos dedicado,
tantas sacudidas en el corazón, tantos cuchillazos. Chico no me olvides. No
confundas mis palabras, sabes que todo es cierto, que cuando estoy triste todos
huyen de mí, y esa fría jaula me sirve de fortaleza.
Soy joven, mi piel aún brilla cuando los rayos de sol le
besan, mi cara aún se cofunde cuando te bajas el pantalón. Yo quiero
desabrochar tu botón, llevo días practicando, déjame.
Sé que estás lejos, pero acércate y coloca tu mano bajo mi falda. Sabes lo que siento. No dejes de
tocarme, no me dejes, agárrame fuerte, saltemos juntos; como los amantes, como
los que saben arder, como los que callan y saben demasiado, como dos perros
hambrientos, no me sueltes.
Drogas, sábanas, gritos. Colócame
el bozal, ven embísteme, sabes que no
estoy poseída, es la ventana que me llama. Ven quiéreme, atrévete.
Esto se
llama amor, oh sí, amor. El querer y no saber, el querer y no poder. Pero tú
has visto lo frías que tengo las manos, cómo te voy a tocar, cómo te puedo amar
así?. Búscame cuando cuelgues el abrigo, cuando pase el frío, cuando las
amapolas florezcan, búscame en mi cama, cuando me dejen salir de esta jaula.
Aunque tu mente se borre no me olvides, no lo hagas, júramelo... Por esta vieja
ventana que se cae a pedazos, por la soledad, por el afortunado desamor,
júramelo chico, júramelo.
No quiero llorar, hazme el amor,
corre, que los policías llegan y será imposible acercarte a la jaula. Hazlo
ya, rápido.
Cómo quieres que te olvide?. Si
me apareces en la sopa, si mi piel es la tuya y me desgarra, si mi sangre se
alborota y mi corazón te echa de menos. La culpa es de la música, de Otis Redding,
díselo a él, yo no tengo nada que ver. No lo ves?. Fíjate, no sólo es Jim
Jarmusch el de Coffee and Cigarettes,
también Otis. Él tiene una canción pero
se llama del revés, Cigarettes and Coffee.
Dios chico no puedo dejar de pensar en ti. Me devoras el
corazón, eres el único capaz de parar mis palabras y sobrevivir a mis puñaladas. Jamás
sentí un deseo tan inmenso. Chico mátame.