miércoles, 30 de mayo de 2012

La estaca que le clavé a Nosferatu



Pobre Nosferatu que se cree el ligón del barrio, con su traje negro, sus zapatos de piel  y esa rosa roja recién cortada en el bolsillo de la chaqueta. Más que un vampiro parece un gitano con la cabra y el órgano. Con esa carita siempre intacta, tantas cremas que se unta… pero si no envejece! Él  te agarra como a un jarrón antes de arrojarte el agua encima, te deslumbra con sus largos e intactos colmillos, y te embriaga con ajetreados  canturreos merecedores de ir al evacuatorio.
Nosferatu disfruta como nadie de la compañía de la gente, así puede aprovechar y robar las sonrisas, destrozar cuerpos  y chupar toda la energía que esas pobres almas tienen. Él sabe hacerlo bien, es todo un maestro usurpando la felicidad ajena.  No deja que te des cuenta y después, ya es demasiado tarde.  Y  te mira con esos ojitos de yonqui antes de tomar su dosis…
Hablo desde la más horrible experiencia. Yo conseguí escapar de sus colmillos, pero tuve que fabricar la estaca perfecta.

Composición de la estaca:
1 Sonrisa de telediario perenne
¼ De kilo de paciencia
1001 "Qué feliz soy sin ti Nosfe..."
1 "Has terminado?"

El día de la matanza de Nosferatu  hacía calor y era por la mañana temprano. Él, cansado de volar pilló el metro. También los vampiros usan el transporte público, e incluso reciclan. Yo estaba impaciente por clavársela. Para mi sorpresa vi llegar a un vampiro triste, pero también contento. Él hablaba y hablaba y se escondía los ojos entre lágrimas. Me quedé perpleja, entiéndeme, nunca había visto a un vampiro llorar. Pero lo que realmente jodía al interesado Nosferatu era verme feliz sin él, y yo se lo repetía una y mil veces más “qué feliz soy sin ti Nosfe…”, y él cada vez más enojado y rabioso. “Por qué eres feliz sin mí? Qué rara estás… son mis colmillos, mi pelo…?” me decía. Lo grandes  que pueden llegar a ser unas simples palabras  en el momento adecuado.  Eran las doce y cuarenta y dos minutos en punto, y en ese justo instante comenzó a balbucear, agitaba los brazos de un modo nervioso, catatónico, y repetía constantemente que yo era su alma… su alma…  Genial? Genética? Gemela? Qué más da, yo ni tan siquiera le escuchaba, sólo pensaba en la tarta de fresas y queso que dejé enfriar en la ventana.
El muy iluso la noche antes pensaría que seguiría siendo su zombi  preferida. Porque Nosferatu te convierte en zombi, éstos son más efectivos y manejables.  Dan menos problemas que los vampiros.
Cansada de tanta palabrería barata le dije “Has terminado?”. En ese momento vio mi entereza, mis nuevos refuerzos de acero en las rodillas, cuello y cráneo, sabía que allí ya no había más alegrías que robar, ya no.
A los pocos segundos pude ver como se desvanecía entre lágrimas y polvo mientras decía ”Eres mi alma…”. Sigo sin saber qué decía de su alma.

viernes, 25 de mayo de 2012

Por mí primero



Esta noche voy a brindar por mí, por las canciones que me emborrachan, por la curiosidad, por los mensajes sin responder y las cartas que voy a quemar… Brindo con Absenta, con ternura y calor. Por los rostros por dilucidar, por las sonrisas nuevas que  fotografiar y porque estoy apunto de lanzarme a volar…  Brindo por Jim Morrison y Joey Ramone, por ellos va! Brindo por mí, por mí y más por mí, y si quieres  por  ti, por aquél y por el otro. Brindo por el desamor, por los siameses desnortados, por los malabaristas e ilusionistas. Brindo por la vida, por compartir, por los vuelos impulsivos y las palabras sinceras.  Brindo por tus feromonas, por tu media sonrisa y encanto al quitarte los tejanos. Brindo por el hombre que me cante My Girl, por el amor, la solitud y por mí. Por divagar cuando no está autorizado, por reír y nunca dejar de hacerlo. Brindo por mi torrente sanguíneo, por la espontaneidad y la humildad, por la capacidad de hacer planes de futuro y rememorar el pasado, por los contornos que perfilar y los colores que mezclar. Brindo por las sales de plata y las fotografías que te haré, por llorar y no tener miedo, por el taconeo del corazón en  el pecho y por este olfato de preñá. Brindo por las piedras con las que tendré que tropezar, por mí, por ti y los que quieran amar. Brindo por el puto mosquito que estoy a punto de estrujar, por su primo y su tía que los oigo llegar. Brindo por el roce corporal, por los sudores compartidos y el intercambio de fluidos. Brindo por los bailes estrambóticos y los saltos hasta el más allá, por los payasos que algún día dejarán de darme miedo, por el juanete de mi dedo, y porque mi vida es lo más parecido a una canción de John Lennon. Porque…  Yes, It Is.

sábado, 19 de mayo de 2012

viernes. (Del lat. Venĕris [dies]).



Sólo iba a ser otro estúpido viernes  más, pero ese chico de punta en blanco, sus historias, sus palabras…
Tres días antes me envió una carta con un billete de tren con fecha puesta para viernes, me invitaba a conocer su ciudad, su cuerpo y la luna. Por supuesto acepté la invitación. 
Eran las doce y siete del mediodía. Allí sentada en aquel café me encontraba esperando a ese chico de punta en blanco.  Un "hola soy ese de zapatos limpios" me arrancó una gran sonrisa, en el fondo estaba a punto de hiperventilar, amén.
Entre pitos y flautas me enseñó su piso. Estuvimos  hablando de estrellas, huracanes y peces espada. Algún que otro secreto se coló entre copa y copa, algún roce de labios se coló entre palabras entrecortadas. El tiempo pasó de largo como un gato por los tejados.
La noche dejó caer su manto oscuro y el ambiente se puso más acalorado, prácticamente íbamos semidesnudos. La conversación tomó un rumbo inesperado cuando me preguntó si sabía cuál era la capital de Fiyi, "pues no", respondí. Me agarró fuerte de la mano y me llevo a su habitación. "Estamos en Fiyi", dijo. Preciosa isla, divinas aguas, increíble chico de punta en blanco.
Yo te froto y tú me enjuagas… Amanecimos entre agua, corales y besos. Me largué sin conocer la ciudad pero Fiyi fue espectacular.

jueves, 10 de mayo de 2012

Yo



Hoy es el día perfecto para que te pongas ese vestido blanco que jamás te colocaste, imagina que  es tu comunión. Sí, hoy es día de celebración, el chaparrón  pasó y debes de sonreír.
En este momento no hay azoteas, balcones ni repisas donde jugar, hoy eres igual de fuerte que Hulk, pero con un color de piel más atractivo y con el tamaño perfecto para montar en las atracciones de feria.
No debes de preocuparte por el destino, no te pierdas, cógeme de la mano. Soy Yo. Deja que tu corazón vuelva  a latir, sin rencores, sin reproches, esta vez no. Imagínate en  tu nube, esa que tanto te gusta, pero tú no me sueltes, ves que hermoso es sentir, desear, amar.
Desde el asfalto solo te veo a ti, asomada por la ventana mirando a las nubes. Trepo las escaleras de cuatro en cuatro para asegurarme que solo estás apoyada sin ninguna psicótica intención.
No te preocupes soy Yo, sabes que la frenada esta guiada, el tráfico aéreo se cerrará exclusivamente para ti, pero no te me pierdas eh…
Alégrate, que hoy es un día de fiesta, imagina que  es tu cumpleaños, inventa ese recogido que tanto te gusta y colócate la falda fresquita que tan bien te queda, esa que al rozar tus muslos se desliza como serpientes venenosas.
Cómo es posible que seas una sirena y vivas en una nube! No me sueltes niña mía, ahora eres la dueña de tu destino, puedes ser desde Marie Curie hasta Nina Simone. Sé que ya no tienes con quien jugar pero pronto esa cuerda que desde tu nube has dejado caer alguien la subirá y dejarás de caminar sola por el asfalto. Hoy ya no existen palabras desafinadas ni monólogos de los que hacen rechinar los dientes, sonríe.
La broma no ha sido pequeña, tanto tiempo dilucidando tu camino que te habías olvidado por completo cuando fue el último polvo que echaste. Hoy es el día.
He soñado durante tanto tiempo con este momento…

martes, 1 de mayo de 2012

Casi pero no



Aurora pensaba que ayer era un día especial, se puso su sombrerito de fiesta y se pintó de rojo puta los labios. Los zapatos que escogió fue el único regalo que su padre le hizo. De charol negro que se sujetan al pie con un lazo rojo, como esos que ponen en los regalos.
La tetera comenzó a silbar con descaro, cogió su taza preferida, una que compró en un pueblecito del norte de Alemania. En ella aparecen dos gnomos sentados en una enorme seta. Los gnomos le producen fobia pero cree que viéndolos a menudo su miedo irracional desaparecerá.
Para hacer que el día fuera más especial, mientras se tomaba el té puso su canción preferida  Back in Your Own Backyard de Billie Holiday. Verdaderamente esa canción es tan importante porque le encanta hacer el amor escuchándola, tantos rostros evocados en tan breve espacio de tiempo, le deja un regustillo muy dulce.
Cogió el metro, y allí vio a su príncipe azul. Era tal y como siempre lo había soñado, bueno, un poco más bajo y diez años más, pero era él, tan perfecto como su nariz aguileña. Se miraron tímidamente. Ella por supuesto tuvo el tiempo adecuado, ni demasiado ni poco para imaginarse encima de él cabalgando hasta nuevos horizontes indescriptibles. Pero sólo quedó en una sonrisa y en un te rozo pero no me atrevo.
Realmente seguía pensando que el día era especial, hasta que al salir a la calle vio a una mujer sentada en el suelo sujetando un trozo de cartón que decía “Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti” era una frase que ella muy bien conocía de F. Nietzsche. Después de leer eso supo que ese día tan especial iba a dejar de serlo para convertirse en el día de los recuerdos desembaulados.