
Suicidios controlados por
títeres de plástico,
con porras de azúcar y caretas
de fiesta.
Esta noche voy a saltar del cuarto piso,
tumbaré mi cuerpo en el asfalto
y los sucios coches
disimularan mi estrago.
Vendrá mi madre ya fallecida
a cogerme por las rodillas,
de acero inoxidable
y cables cruzados.
Mis días de carmín negro
se quedaron atrás
y mis uñas como molinos cortan
el viento que
me hace suicida.
Salta! salta!
destruye la fuerza que te amarra,
que entrecorta los girasoles
que dan alegría a tus mañanas
deshidratadas.
Piensa lo bello que sería ser libre,
libre e inhumana hasta el fin
de la no existencia.
Desarrolla facultades que
volaran como gaviotas circundantes
de peces mestizos,
radioactividad divertida
que a todos les anima,
huye,
¡huye
de la idiosincrasia!
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