
Reina de las moscardas
de viento con arena
y ágiles estatuas.
Van hacia a ti como
el alma que regresa,
como las lágrimas de
un rostro perforado
y brillante puñal.
¡Oh reinas de las moscardas!
De triguero pelo y
sueños de pólvora.
Tu difunto cuerpo las acecha
y con sus largas trompas
chupan lo imperfecto.
Eres el aposento idóneo
y con tu timbre de
gases las balanceas en
una peligrosa bomba.
¡Oh reina de las moscardas,
que humilde y generosa
digna de las gracias!
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