miércoles, 15 de septiembre de 2010

17:59h




Pocos días, segundos y palabras quedan para que concluya el final. Será en invierno cuando las lágrimas comiencen a florecer, y el tumulto del arrepentimiento sea insoportable y sólo quede aquella vieja cuchilla oxidada con la que jugar.
Como buen ilusionista enseña sólo aquello que desean ver, las cartas siempre boca bajo, la verdad bajo tierra. Endulzar con sombras irregulares la realidad del otro, el egoísmo y la charlatanería van cogidos de la mano (o pie).

_Aprendo todo lo rápido que mi corazón me deja..._

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