miércoles, 29 de febrero de 2012

2 cuerpos celestes rodeados por una capa gaseosa




La historia de mi vida comenzó
aquel siete de septiembre
de lluvia en los zapatos y
maletas desechas.
Largas cuestas de temores,
intervalo de arrepentimiento,
miradas desconfiadas hacia
el nuevo gremio.

¡Qué noche tan mal dibujada!

Pasé los días,
segundos,
hasta que las partículas
de viento solar dejaron de
ser mis enemigas.
Todo cambió,
mi cuerpo se transformó
en una nube de fértiles
gases y excitación,
de celebradas
miradas y zarandeados besos.

El camino era de curry,
los árboles de vainilla,
y aquel humano otro
punto de vista entre
la izquierda y la derecha.
¿Si te hago
cosquillas te reirás?

(Patinemos por la atmósfera,
somos siameses dedicados a compartir,
por una causa borracha de ir y de venir).

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