Sólo iba a ser otro estúpido viernes
más, pero ese chico de punta en blanco,
sus historias, sus palabras…
Tres días antes me envió una
carta con un billete de tren con fecha puesta para viernes, me invitaba a
conocer su ciudad, su cuerpo y la luna. Por supuesto acepté la
invitación.
Eran las doce y siete del mediodía.
Allí sentada en aquel café me encontraba esperando a ese chico de punta en
blanco. Un "hola soy ese de zapatos
limpios" me arrancó una gran sonrisa, en
el fondo estaba a punto de hiperventilar, amén.
Entre pitos y flautas me
enseñó su piso. Estuvimos hablando de estrellas, huracanes y peces
espada. Algún que otro secreto se coló
entre copa y copa, algún roce de labios se coló entre palabras entrecortadas. El
tiempo pasó de largo como un gato por los tejados.
La noche dejó caer su manto
oscuro y el ambiente se puso más acalorado, prácticamente íbamos semidesnudos. La
conversación tomó un rumbo inesperado cuando me preguntó si sabía cuál era la
capital de Fiyi, "pues no", respondí. Me agarró fuerte de la mano y me llevo
a su habitación. "Estamos en Fiyi", dijo. Preciosa isla, divinas aguas, increíble
chico de punta en blanco.
Yo te froto y
tú me enjuagas… Amanecimos entre agua, corales y besos. Me largué sin conocer la
ciudad pero Fiyi fue espectacular.
... No sé si debería...
ResponderEliminarPor la calle sonaban trompetas y charanga. Calor. Quién podría dormir? quién quería?.
Tienes razón. Horarios, negocios, porcentajes y un ratito en el rincón de las chucherías; disfraces, poses, contratos, cifras, maquillajes... pero seguro que no se te ha olvidado el sabor de... todo eso. Si piensas que eres la única que naufraga, que pelea, que cae y que se levanta, si piensas que eres la única que lleva ese tatuaje y esa cicatriz, la bella y la bestia, Sor Puta o Míster Jekyll... date un paseo por aquí. Tenemos exquisitos conventos y recatados night-clubs, la sanación a golpes y torturas de plumas, y hacemos regalos a los más discretos.
Así que, si esta noche se hinfla tanto la luna que no te cabe por la ventana o si te aterriza un transatlántico en la azotea y suenan trompetas y charanga, apúntate, habrá saltos, colorete y chucherías por los rincones, habrá copas, oros y bastos, habrá humo, y también habrá de eso... cómo se llamaba?... te acuerdas?, sentaba de puta madre y no dejaba resaca... cómo se llama?, cómo se me puede haber olvidado?
Bueno, pásate y ya veremos.
No digas que no te aviso.
Sabes... la luna se infló tanto que pegó el reventón. Lo dejó todo lleno de pedacitos, y algunos tan pequeños como lunares. Y mientras limpiaba la lunática sangría, me acordaba de las chucherías, las copas, los oros y bastos. Decidí ir a buscarte, pero creo que me pasé de discreta, maldito regalo! De camino a casa, donde todavía algunos trozos de luna suicida me esperaban, recordé la mezcla de sabores que quedó en mi cuerpo, el colorete y la arena. Qué risa con los disfraces. Espero que me hayas guardado alguna chuchería… Ah! sí, aquello, fue alucinante verdad? era… joder lo tengo en la punta de la lengua… bueno, espero verte pronto, igual así hacemos… memoria.
ResponderEliminarIntentaré ser menos discreta. Gracias por avisar.
(Me gustan tus zapatos limpios)